01 mayo, 2013

Muere Lentamente


MUERE LENTAMENTE

Muere lentamente
quien se transforma
en esclavo del hábito,
repitiendo
todos los días
los mismos trayectos.

Quien no cambia de marca,
no arriesga vestir
un color nuevo
y no le habla
a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace
de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere
el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes”
a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan
el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos
y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa
cuando está infeliz
en el trabajo,
quien no arriesga
lo cierto por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite
por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quién deja escapar un posible amor,
con tal de no hacer el esfuerzo
de hacer que éste crezca.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra
gracia en si mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose
de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandonando
un proyecto
antes de empezarlo,
el que no pregunta
acerca de un asunto
que desconoce
o no responde
cuando le indagan
sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte
en suaves cuotas,
recordando siempre
que estar vivo
exige un esfuerzo
mucho mayor
que el simple hecho
de respirar.

Solamente
la ardiente paciencia
hará que conquistemos
una espléndida felicidad.

MARTHA MEDEIROS

09 marzo, 2013

Presentes en Futuro- Futuros en Presente


Últimamente he estado pensando en mi posible futuro, en mi quehacer dentro de unos años... Creo que proyectarme no está mal, pero también, vale la pena no olvidar que soy un presente, considero que los jóvenes tenemos un presente renovador y trasformador de la realidad cuando somos realmente nosotros mismos. Nuestros sueños, deseos y anhelos deben  responder a ellos desde el presente.  

Lo que quiero decir es que somos un presente abiertos al futuro pero también un futuro que se abre en el presente. Nuestras energías juveniles deben estar siempre orientadas a la construcción del hoy para un mañana mejor, pero ese mañana lo debemos tener dibujado desde el hoy para saber por donde caminar. 
Esta construcción implica lucha y esfuerzo, entrega y voluntad... 

21 septiembre, 2012

Competir para compartir


Desde pequeño siempre se me ha incitado a ser el primero.  Hay que ser el mejor en los estudios, en los deportes, en todo, eso para ser apreciado y ganar, para recibir admiración y ser reconocido. Es decir siempre se me ha enseñado a competir.

Efectivamente la competitividad tiene sus ventajas: el deseo (la necesidad) de ser el primero nos lleva a realizar esfuerzos, a ir hasta el límite de nuestras fuerzas. Esto permite luchar contra la pereza o contra un cierto dejarse llevar. La competitividad activa las energías; favorece el desarrollo de las posibilidades del ser humano y, por eso mismo, las posibilidades de toda sociedad y de toda humanidad. Pero si algunos ganan, hay otros que pierden. La cultura lleva entonces a despreciar a los que no triunfan, a los que no pueden triunfar. La fuerza, la capacidad y la perfección pasan a ser los únicos valores. El que no puede triunfar carece de valor; está descartado. Este desarrolla  entonces una imagen herida de sí mismo, se desanima y se siente incapaz, impotente, sin valor.
Creo que ganamos o perdemos en cuanto sacamos la lección de nuestras victorias o derrotas, somos seres llamados a reflexionar sobre nuestras vidas y no caer en un simple triunfalismo superficial. La lección aprendida es nuestra manera de medir si aprendimos a competir para compartir. 

06 junio, 2011

Si tienes deseo, tendrás victoria

Descúbrete, no te de miedo; tu vida está cansada de las privaciones de la vida diaria, de los días que nada producen, de las penas y sufrimientos que parecen ser el destino del hombre sobre la tierra.
Lo esencial e importante de ese descubrimiento es saber lo que deseas, formar en tu mente una imagen clara y precisa. Por extraño que parezca, muy pocos sabemos lo que queremos. La mayor parte de nuestras luchas son de manera vaga, como si esperáramos que algo apareciera.
Es necesario tener bien claro lo que quieres para poder obtenerlo, tienes en tu mente un tesoro divino, ilimitado, que abriga ese deseo tuyo. Es allí donde tienes todo el poder, ese don Divino que habita dentro de ti.