
Últimamente he estado pensando en mi posible futuro, en mi quehacer dentro de unos años... Creo que proyectarme no está mal, pero también, vale la pena no olvidar que soy un presente, considero que los jóvenes tenemos un presente renovador y trasformador de la realidad cuando somos realmente nosotros mismos. Nuestros sueños, deseos y anhelos deben responder a ellos desde el presente.
Lo que quiero decir es que somos un presente abiertos al futuro pero también un futuro que se abre en el presente. Nuestras energías juveniles deben estar siempre orientadas a la construcción del hoy para un mañana mejor, pero ese mañana lo debemos tener dibujado desde el hoy para saber por donde caminar.
Esta construcción implica lucha y esfuerzo, entrega y voluntad...
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