Constantemente vivimos en una lucha con las personas más cercanas porque queremos corregir, créeme siempre lo hacemos o nos viven corrigiendo, del cual no nos agrada para nada, cuando cometamos un error y nos corrijan debemos armarnos de valor y verlo como una oportunidad para crecer.
Asumir nuestros errores sin justificarnos nos da la posibilidad de corregirlos y, al mismo tiempo, nos permite crecer y madurar personalmente. Además, todas las caídas son oportunidades para aprender algo nuevo acerca de nosotros mismos y de los demás. Tenemos dos posibilidades de aprender y crecer, lo hacemos a través del aprendizaje que obtenemos de nuestros errores y fracasos o por conciencia.
Como decía al principio, primero debemos enfrentar la situación. No actúes como si nada hubiera pasado, tampoco murmulles una disculpa en voz baja y sin mirar a los ojos de la persona para luego salir corriendo de ahí. La mayoría de las veces se necesita algo más que un simple "lo siento" para arreglar las cosas, es necesario conversar sobre el incidente con las personas afectadas, para minimizar el problema.
Segundo deberíamos asumir la responsabilidad. Si eres sincero y humildemente explicas, en forma razonable, el porqué de tu actuación equivocada, la persona afectada se sentirá más tranquila y satisfecha al escucharlo. Quedarnos callados esperando que el tiempo pase y la persona olvide la ofensa, hará que se genere el resentimiento. No alces la voz para nada, hazlo de una manera pausada, sin perder la paz.
Y por último, repara la ofensa. Además de pedir disculpas, es importante que hagamos algo concreto para mostrar nuestro compromiso de corregir el error o la ofensa cometida. ¿De qué manera puedo corregirlo? ¿Qué puedo hacer para que te sientas bien? Estas son frases que hacen sentir mejor a las personas afectadas.
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